Voluntarios de Boodaville 2021 – María y Gloria
Gloria
Quería vivir una experiencia diferente este verano, estar en contacto con la naturaleza, no estar tan conectada con el ordenador y el móvil y trabajar en algo más físico y manual. He vivido justo lo que quería y he aprendido mucho. Estoy muy agradecido de haber tenido esta oportunidad. Desconocía muchas cosas de la naturaleza a pesar de haber nacido rodeada de ella pero, cuando vives una experiencia así, te das cuenta de que cómo se cultiva normalmente la tierra no es la mejor manera de hacerlo utilizando pesticidas y creando monocultivos.
Participar en un proyecto como este cambia tu mentalidad y te vuelves mucho más consciente de lo que consumes y cómo lo haces. Además, he adquirido muchos otros valores de convivencia y cuidado de las personas como trabajar en comunidad y ser siempre un equipo.
En mi experiencia, la sensación de superación personal ha aumentado mucho.
No te sientes capaz de recoger un taladro hasta que lo recoges y comienza a romper el suelo. No sabrás si vas a poder trasplantar plantas hasta que prepares todo y lo hagas. Hasta que no lo hagas, no lo crees.
Para mí, la mayor lección ha sido aprender los procesos naturales del planeta. Vivimos en una sociedad que va demasiado rápido y no da cab andar para nada.
Viviendo en un pueblo de 200 habitantes y trabajando en un lugar como Boodaville, aprendes a ser más paciente con todos los ciclos de la naturaleza, a trabajar la empatía y a centrarte mucho más en el momento.
Ha sido un orgullo trabajar la tierra y cuidar de los animales junto con otras mujeres y compartir nuestra energía.
Maria
Después de un poco más de 4 meses en Boodaville creo que ya puedo decir que es parte de mí. Comencé esta experiencia sin ningún tipo de expectativa o prejuicio. Quería ir con la mente abierta y recibir toda la información sin tener ninguna idea previa.
Esa ha sido la clave. La gran variedad de tareas, actividades y excursiones que hemos realizado me han permitido aprender cosas que nunca pensé que aprendería. Desde cortar madera hasta plantar tomates o cuidar 4 pollos, 1 gallo y 3 pollitos.
A nivel práctico, cada día ha sido diferente. Y, a nivel personal, el desarrollo ha sido impredecible. Una experiencia como esta te permite conocerte mejor e incluso encontrar tu objetivo en la vida.
También aprecio la compañía, las conversaciones y las risas con Gloria. Habiendo sido 2 voluntarios este año, la relación es estrecha y la comunicación ha sido esencial. Hemos trabajado en equipo y nos hemos apoyado mutuamente.
Recomiendo que cualquier persona se tome unos meses de su vida, deje todo atrás e involúcrese en un proyecto o comunidad. Me siento más fuerte, más capaz, más libre y más feliz.