En memoria de Rosa
La semana pasada falleció la querida Rosa. Rosa ha sido una persona clave para el proyecto Boodaville durante muchos años. Con su familia tienen un negocio, BioCaseres. Allí gestionan muchos cultivos, todos orgánicos. También son activos en el turismo ecológico con su increíble tesoro el museo del aceite de oliva, así como organizando paseos educativos por la zona.
Nos pusimos en contacto con Rosa en 2018, cuando le ofreció patatas orgánicas a Maja. Maja saltó de alegría cuando descubrió que alguien estaba ofreciendo frutas, verduras y huevos orgánicos y muy rápidamente se convirtió en una clienta dedicada. Así es como una relación de intercambio mutuo de todo lo que puedas imaginar comenzó a beneficiar tanto a Boodaville como a BioCaseres. Alimentación, casas, plantas medicinales, trabajo, conocimiento…
Cuando me enteré por primera vez de que Rosa estaba enferma, me sorprendí. ¿Sabes que hay una lista con personas a las que no se les permite morir porque son demasiado increíbles para perder? Rosa estaba definitivamente en esa lista.
Un invierno fui a despedirme antes de irme de Boodaville para el invierno. Rosa estaba en muy mal estado y marché llorando de Caseres, convencida de que después del invierno se habría ido.
Pero Rosa no. Ella era una mujer extraordinariamente fuerte. La encontré la primavera siguiente frente a su máquina de coser, haciendo cosas hermosas y me mostró las flores medicinales que había estado cosechando. Se la veía delgada y no estaba bien, pero había recuperado su carácter conversador. Me dijo que había sufrido mucho, pero que ahora se encontraba mejor. Todo bien, el invierno ya ha pasado.
Hasta este invierno, cuando su alma chispeante ya no fue suficiente para mantener su cuerpo en marcha. Será recordada con una sonrisa y muy extrañada.